7/05/2009


Pero es que yo no puedo ser de esos tipos que andan siempre con el corazón en la mano. A mi me cuesta ser cariñoso, inclusive en la vida amorosa. Siempre doy menos de lo que tengo. Mi estilo de querer es ese, un poco reticente, reservando al máximo para las grandes ocasiones. Quizás haya una razón, y es que tengo la manía de los matices, de las gradaciones. De modo que si siempre estuviera expresando al máximo ¿que dejaría para esos momentos en que uno debe apelar al corazón en pleno?. También siento un leve resquemor hacia lo cursi, y a mi lo cursi me parece exactamente eso: andar con el corazón en la mano. Al que llora toda la vida, ¿que le queda por hacer cuando le toque un gran dolor, dolor para el cual sean necesarias las máximas defensas?.
... Bastante amarga es la vida como para que, además, nos pongamos mimosos o histéricos, solo porque algo se puso en nuestro camino y no nos deja proseguir nuestra excursión hacia la dicha, que a veces esta al lado del desatino.


La Tregua, Mario Benedetti.

1 comentario:

cinnamon dijo...

♥ que es lindo Benedetti.